Justamente a las 4 y 30 de la tarde llegó David Ortiz para dar el último adiós a su padre Leo.
Leyó desde su celular un relato de lo que fue su vida al lado de su padre.
David contó que Leo soñaba con ser pelotero, y que al final no pudo lograr esa meta.
Desde cuando estaba en la barrida de su madre, Leo soñaba en que llegara un varón para ponerlo a jugar pelota. “El se sentía muy orgulloso de tener a un hijo Cooperstown”, dijo David, y ahí mismo comenzó a llorar, y paró su emotivo discurso.
David contó que su padre lo enseñó a ser persevante, trabajar duro y nunca rendirse.
Cuando el mundo se le desplomaba, ahí estaba su padre.
“Me empujaba, me retaba y siempre quería que yo diera lo mejor de mí”, contó.
La asistencia fue masiva al entierro, aunque David quería que fuera algo privado.
“Siempre vas a estar en mi corazón. En vida siempre traté de ser un hijo ejemplar y eso me tranquiliza”, dijo David.
Mucha gente lloró durante la despedida de don Leo.
FUENTE: HOY






