El nuevo presunto intento de asesinato contra Donald Trump en Estados Unidos ha enrarecido todavía más un clima político por momentos irrespirable cuando faltan siete semanas para las elecciones presidenciales.
Se desconoce el móvil del sospechoso, visto en el campo de golf del candidato republicano en Florida y detenido poco después en una carretera.
Pero el expresidente atribuyó lo sucedido al «discurso» del presidente demócrata Joe Biden y de la vicepresidenta Kamala Harris, su rival en los comicios.
«Su retórica está provocando que me disparen», aseguró el millonario, que acusa a los demócratas de usar un lenguaje «muy incendiario».
«Llueven balas debido a esta retórica comunista, y la situación va a empeorar», advirtió en su plataforma Truth Social.
Donald Trump ya culpó a los demócratas del primer intento de asesinato, cuando un hombre le hirió en una oreja al abrir fuego desde una azotea hacia el lugar donde daba un mitin en Pensilvania (este) a mediados de julio. Se desconoce el móvil.
«Probablemente recibí una bala en la cabeza por las cosas que dicen de mí». «Hablan de democracia, soy una amenaza para la democracia. Ellos son la amenaza para la democracia», insistió Trump durante un debate electoral contra Harris.
– «Caos» –
Desde hace años los demócratas acusan a Donald Trump de haber fomentado un clima político a veces irrespirable.
El presidente Joe Biden ha advertido sobre el riesgo de «caos» por parte de los republicanos, sobre todo por el rechazo de algunos de ellos a reconocer el resultado de las elecciones de 2020, en las que el demócrata derrotó a Trump.
El republicano fue duramente criticado después de una manifestación de extrema derecha en Charlottesville en 2017, durante la cual un simpatizante neonazi embistió su coche contra una multitud de contramanifestantes.
Posteriormente el movimiento surgido a raíz del asesinato de George Floyd, un hombre negro, a manos de un policía blanco, dividió profundamente al país, entre el apoyo a la policía («Las vidas azules importan», en referencia al color de su uniforme) y a los afroestadounidenses («Las vidas de los negros importan»).
Las imágenes de los partidarios de Donald Trump irrumpiendo en el Congreso el 6 de enero de 2021, mientras los parlamentarios se arrastraban por el suelo con mascarillas antigases, dejaron una huella indeleble en su mandato.
Además varias personalidades criticadas por Trump, como el senador Mitt Romney y su exasesor sobre la pandemia de covid-19, Anthony Fauci, reconocieron haberse visto obligados a reforzar su seguridad por amenazas de simpatizantes del magnate.
«No me sorprendería que mataran» a un congresista, advirtió la parlamentaria republicana Susan Collins en 2022.
Lo dijo semanas antes de que un hombre armado con un martillo atacara al marido de la influyente congresista demócrata Nancy Pelosi.
– «Envenenar la sangre» –
Desde que volvió a ser candidato a la Casa Blanca, Donald Trump arremetió sin cesar contra los migrantes.
En los últimos meses el republicano los ha acusado de «envenenar la sangre» de Estados Unidos y de comerse a las mascotas.
La violencia política en Estados Unidos no es nada nuevo, sino que existe «desde la creación del país», explica a la AFP Peter Loge, profesor de la Universidad George Washington. Enumera la letanía de «disturbios, asesinatos e intentos de asesinato» contra líderes políticos, desde Abraham Lincoln hasta Ronald Reagan.
Pero muchos expertos coinciden en que estos actos se dispararon cuando Trump llegó al poder en enero de 2017, independientemente de que sea o no responsable de ellos.
Según la policía del Capitolio, encargada de proteger a congresistas, las amenazas contra ellos se han más que duplicado desde la investidura del republicano.
Según un sondeo de Ipsos publicado en mayo, el 70% de los estadounidenses temen más violencia tras las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.
FUENTE: LISTIN DIARIO