El 19 de junio pasado Vladimir Guerrero Jr., salió al terreno del Rogers Centre por primera vez en su carrera en la MLB sin las trenzas dreadlocks que eran parte de sello, a petición de una de sus hijas y como promesa que había hecho una vez cumpliera cinco años en la liga, dijo a la televisión canadiense Sportsnet.
Al parecer con el corte de pelo se reseteó su chip ofensivo, se sincronizó su vista con sus manos para aceitar el swing y desde el día siguiente de ese trabajo del barbero se conoce la mejor versión del hijo del inmortal.
Hasta ese momento su línea ofensiva quedaba en .278/.365/.394 con OPS de .760, solo siete jonrones, 30 carreras remolcadas y desde Seattle y Chicago no paraban de llamar a Toronto, con interés de adquirir un jugador con ribetes de élite en un arranque en baja.
Pero en los 32 partidos transcurridos desde ese 21 de junio Guerrero Jr., batea para .383, producto de 49 imparables en 128 turnos, con porcentaje de embasarse de .414 y de extrabases de .813 para un OPS de 1.227.
Es un tramo donde disparó 14 jonrones, 13 dobletes, remolcó 39 vueltas y anotó 30. Esa sumatoria de la racha lo dejan con una línea ofensiva de .311/.380/.524 y OPS de .904, con 21 vuelacercas y 69 vueltas producidas.
A falta de dos meses de calendario, ese ritmo le puede hacer frenar dos temporadas donde ha retrocedido en porcentajes y totales de referencias para un jugador de su calibre.
Este repunte colocó su nombre entre los primeros 20 de toda la MLB en los números que certifican a los líderes ofensivos y abona el camino para una negociación en arbitraje al alza, de cara a su última temporada (2025) bajo control de los Blue Jays. La gerencia de Toronto rehusó transferirlo esta vez, ya con escasas opciones de playoffs, pensando en las opciones de 2025.
FUENTE: DIARIO LIBRE